
Conductividad: es la capacidad de la solución acuosa para conducir una corriente eléctrica. La conductividad es una medida de la concentración iónica total que tiene una disolución. El agua destilada pura no conduce en principio la corriente pero, si se le
disuelven sólidos minerales aumenta su capacidad de conducción. Estos sólidos al disolverse se separan en iones positivos y negativos en equilibrio con el cuerpo. Los iones son susceptibles de desplazarme bajo la acción de un campo eléctrico y también de combinarse con otros iones positivos y negativos en equilibrio con el cuerpo.
Se aplica en una gran variedad de industrias. En algunos casos se conoce la naturaleza de los iones y se utiliza para determinar la concentración de los mismos. Por ejemplo en la industria alimentaria se utiliza un conductímetro para medir la “salinidad” de las muestras y se aplica en control de calidad. Por contraste, la medida de conductividad en aguas residuales, efluentes industriales etc. sirve para proporcionar lecturas de fuerza iónica total. En general, la medida de conductividad es una forma rápida y sencilla de determinar la fuerza iónica de una disolución. Su principal inconveniente es que es una técnica no específica.
¿Cómo se mide la conductividad?
Un sistema completo para la medida de conductividad está formado por los siguientes elementos básicos:
- Célula de conductividad.
- Sonda de temperatura.
- Instrumento de medida.
El conductímetro mide la conductividad eléctrica de los iones en una disolución. Para ello aplica un campo eléctrico entre dos electrodos y mide la resistencia eléctrica de la disolución. Para evitar cambios en las sustancias, efectos de capa sobre los electrodos, etc. se aplica una corriente alterna.
Las unidades de medida habituales son los S/cm. Otras formas alternativas de expresar la conductividad de una disolución son la Salinidad y los Sólidos Totales Disueltos (STD).
Salinidad: Se refiere a la concentración de una disolución teórica de NaCl con la misma conductividad que la muestra en estudio. Se expresa en ppm o g/l de NaCl.
STD (Sólidos Totales Disueltos) La conductividad puede ser utilizada como un indicador de la cantidad de materias disueltas en una disolución. Se expresa en ppm o g/l de CaCO3.
La conductividad de una disolución es altamente dependiente de la temperatura. Ésta tiene un doble efecto sobre los electrolitos, influye en su disolución y en la movilidad iónica. La conductividad de una disolución aumenta con la temperatura. Este aumento normalmente se expresa en %/ºC, y se denomina Coeficiente de Temperatura (CT). En general las disoluciones acuosas poseen un CT cercano al 2% / ºC.
Calibración con patrones: Consiste en ajustar los valores leídos por un conjunto instrumento – célula, según los valores de unas disoluciones patrón. La calibración es muy importante para obtener una elevada exactitud de lectura. Los instrumentos permiten efectuar la calibración en uno, dos o tres puntos según el modelo.
Calibración en un punto: Este modo de calibración es aceptable cuando se miden valores de conductividad cercanos al valor del patrón utilizado. Es la calibración más habitual. El patrón más utilizado, en este tipo de calibración es el de 1413 µS/cm.
Calibración en dos puntos: Cuando se quiere trabajar con precisión bien en la zona de bajas conductividades o en la de medias, se recomienda calibrar en dos puntos. Así se escogerán los patrones de 147 y 1413 µS/cm para la zona de bajas y los de 1413 µS/cm y 12.88 mS/cm para la de conductividades medias. Siempre que se calibre con más de un patrón es recomendable empezar con el de menor conductividad. Así se evitan problemas de contaminación.
Calibración en tres puntos: Se recomienda calibrar en tres puntos cuando las muestras a medir tengan conductividades que abarcan una amplia zona de conductividades.
Agitación y conductividad: La utilización de un agitador mejora la calidad de las medidas aumentando la rapidez y reproducibilidad de las mismas. La agitación deberá ser siempre moderada.